
Curioso país este en el que causa una gran indignación colectiva el cierre de una página web de descargas, cuando ahí fuera hay miles de personas pasándolas putas por la crisis. Pero así somos: una sociedad digitalmete alfabetizada y emocionalmente idiotizada. Si esto lo escribiera mi madre, añadiría que la culpa es de lo que comemos.
No estoy a favor del cierre de Megaupload, ni de ninguna otra web de descargas. Me parece una medida contraproducente y, sobre todo, creo que no se arregla nada con ello; ya se sabe: a rey muerto, rey puesto. Pero creo, sinceramente, que lo de la piratería se nos va de las manos. De acuerdo que los CD originales son caros. De acuerdo que a los pocos meses los tienes más baratos. De acuerdo que por una descarga de más o de menos los grandes músicos no se van a empobrecer. Pero no seamos demagógicos y nos dé por pensar que 'como es caro' tenemos derecho a acceder a cualquier tipo de producto cultural gratis. Y cuando digo gratis, me refiero a pagar específicamente por el producto, no incluyo ahí los gastos de la conexión a Internet ni el canon del soporte. De la misma forma que cuando voy a una tienda de discos no incluyo en el coste final el billete del metro ni los cigarrillos que me he fumado de camino.
No estoy a favor del cierre de Megaupload, ni de ninguna otra web de descargas. Me parece una medida contraproducente y, sobre todo, creo que no se arregla nada con ello; ya se sabe: a rey muerto, rey puesto. Pero creo, sinceramente, que lo de la piratería se nos va de las manos. De acuerdo que los CD originales son caros. De acuerdo que a los pocos meses los tienes más baratos. De acuerdo que por una descarga de más o de menos los grandes músicos no se van a empobrecer. Pero no seamos demagógicos y nos dé por pensar que 'como es caro' tenemos derecho a acceder a cualquier tipo de producto cultural gratis. Y cuando digo gratis, me refiero a pagar específicamente por el producto, no incluyo ahí los gastos de la conexión a Internet ni el canon del soporte. De la misma forma que cuando voy a una tienda de discos no incluyo en el coste final el billete del metro ni los cigarrillos que me he fumado de camino.
Más allá de los artistas famosos y millonarios, hay cientos de miles de personas que viven de la cultura, en todas sus facetas: escritores, compositores, fotógrafos, directores, carpinteros, maquetadores, impresores, fabricantes de CD, ilustradores, traductores... La lista es inacabable. La mayoría de esas personas no son millonarias y la piratería es una putada para ellos.
Posiblemente haya quien tuviera subido el vídeo de su boda en Megaupload. Pero seamos sinceros: la mayoría lo utilizábamos (sí, yo también) para descargar contenido con derechos de autor que no hemos pagado. Estoy de acuerdo en que la industria musical y la cinematográfica deben adaptarse a los nuevos tiempos y buscar nuevas fórmulas de rentabilizar sus productos, y en que unos precios más baratos en la música o en el cine ayudarían mucho. Pongo el ejemplo de Spotify. Desde que lo tengo, apenas descargo música (gratis) de Internet. Y además, me está permitiendo descubrir nuevos grupos y plantearme el comprar sus discos. Esto se está haciendo también ya con páginas de cine como Filmin o Youzee en España.
Quizás ese debe ser el camino en el futuro, apostar por integrar al consumidor en la experiencia, no por considerarlo un enemigo. Pero, reconozcámoslo todos, no somos angelitos. Nos hemos descargado y seguiremos descargando contenidos culturales por la patilla, sin pagar un duro por ellos. Todos sabemos que cuando accedemos a contenidos protegidos través de Megaupload, Rapidshare, Fileserve o cualquier otro sistema de alojamiento de enlaces de descargas, estamos haciendo algo no del todo legal, en el mejor de los casos. Por lo tanto, no debemos llevarnos las manos a la cabeza porque cierren esta o aquella web de descargas. Entre otras cosas -y ahora la demagogia la hago yo- porque en el mundo pasan cosas mucho más graves que el hecho de que hoy no me he podido bajar la última película de moda o el último disco de Lady Gaga.
Y ahora, si me disculpan, tengo un asunto pendiente con la discografía completa de El Fary....
Quizás ese debe ser el camino en el futuro, apostar por integrar al consumidor en la experiencia, no por considerarlo un enemigo. Pero, reconozcámoslo todos, no somos angelitos. Nos hemos descargado y seguiremos descargando contenidos culturales por la patilla, sin pagar un duro por ellos. Todos sabemos que cuando accedemos a contenidos protegidos través de Megaupload, Rapidshare, Fileserve o cualquier otro sistema de alojamiento de enlaces de descargas, estamos haciendo algo no del todo legal, en el mejor de los casos. Por lo tanto, no debemos llevarnos las manos a la cabeza porque cierren esta o aquella web de descargas. Entre otras cosas -y ahora la demagogia la hago yo- porque en el mundo pasan cosas mucho más graves que el hecho de que hoy no me he podido bajar la última película de moda o el último disco de Lady Gaga.
Y ahora, si me disculpan, tengo un asunto pendiente con la discografía completa de El Fary....
4 comentarios:
La realidad es que el mundo cambia. Tal vez no es un ejemplo afortunado, pero la apertura de bibliotecas municipales permitió que los libros estuvieran al alcance de todos de forma gratuita. Y se siguieron vendiendo libros.
Personalmente pienso que el acceso libre y el consumo pueden convivir perfctamente. Pero los tiempos cambian, de eso no hay duda, y no es culpa de quienes descargan, es así y punto. Cambian y sólo intuimos minimamente dónde nos van a llevar.
En las guerras todo el mundo tienes sus razones.
Jajajaja
Así me gusta, ¡que me obedezcas!
Buen post, hermano :-)
Muuuaaaack"
Teóricamente, una descarga no implica siempre la pérdida de una venta, pero la realidad es mucho más prosaica, Beronikes. Conozco gente que tiene discos duros multimedia repletos de películas que se han bajado de Internet y que, obviamente, ni van a ver en el cine, ni las van a comprar en DVD. Eso son pérdidas para la industria cinematográfica.
Bienvenida la whiskipedia, again!!!!
Ahora que he leído más sobre el tema creo que la batalla es usuarios (artistas, consumidores, piratas, etc) vs compañías telefónicas. No artistas vs usuarios...
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