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viernes, 24 de febrero de 2012

Periodismo en agonía


Cuando un medio de comunicación se convierte en noticia, suele ser por un mal motivo. Hoy Público ha anunciado el cierre de su edición impresa. Sigue el triste camino de otros medios que ya nos dejaron: CNN+, ADN, Metro, La Tribuna de Salamanca, Galicia Hoxe, La 10, Veo TV…

Más allá de las afinidades o desacuerdos con la línea editorial de cada medio, la desaparición de uno solo de ellos es muy desalentadora. En un panorama político como el español, que camina inexorablemente hacia el bipartidismo más absoluto, necesitamos voces de todo el espectro ideológico. No hay que tener miedo a la opinión de los demás, sino a no ser capaces de defender la nuestra. Por desgracia, el cierre de Público deja a la izquierda (la verdadera, no esa tibieza pendular que es el PSOE) huérfana de altavoz.

Es verdad que los medios de comunicación españoles viven una crisis profunda. Y la solución ya la conocemos: despedir a periodistas experimentados y sustituirlos por jóvenes recién licenciados que deben hacer de todo por la mitad del salario. Periodistas multimedia lo llaman. Explotación, pienso yo. Y eso, si tienen la suerte de cobrar un sueldo. Porque la otra solución que ya se está aplicando es la de reemplazar a periodistas por becarios no remunerados. Y sin salarios y condiciones laborales dignas, se hace muy difícil realizar un producto periodístico de calidad y que sepa conectar con las necesidades de los lectores, oyentes o espectadores. Y si esa conexión no se produce, difícilmente puede ser rentable un medio de comunicación.

Así está esta maravillosa profesión: encerrada en un círculo vicioso del que a duras penas sobrevivirá un puñado de medios. Así que, queridos lectores, si queréis evitar un futuro paupérrimo para el periodismo sólo os puedo pedir una cosa: leed, escuchad, ved, sed críticos. Exigid calidad, exigid información contrastada, exigid originalidad. En definitiva, exigid respecto a vuestra inteligencia. Ayudadnos a seguir contándoos nuestra verdad, cada uno la suya, sí, para que cada ciudadano elija la que más le gusta. Ayudadnos a seguir siendo periodistas.

lunes, 20 de febrero de 2012

Una españolada

He de confesar que la de anoche fue la primera ceremonia de entrega de los Premios Goya que veo íntegramente. “También es mala suerte”, me diréis algunos, “fuiste a escoger la peor”. Precisamente ahí está la gracia. La gala de los Goya es muy representativa del cine español: te sientas en la butaca del espectador y no sabes si vas a ver un truño o una obra maestra, o las dos cosas a la vez.

Pero más allá de lo lamentable que estuvo Eva Hache como presentadora de la gala, de las caras de aburrimiento y fastidio del ministro de Cultura, del discurso a lo Ricky Gervais de Santiago Segura –lo único decente de la ceremonia– y de los aburridos y previsibles discursos de la mayoría de los premiados, lo que me llamó la atención, para que veáis en qué cosas me fijo, fue el discurso del presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.

Dijo Enrique González Macho, el presidente del cotarro de los actores, directores y productores, que la realidad es que por el momento “y probablemente por un espacio de tiempo demasiado largo, Internet no forma parte de la actividad económica del cine”. Y añadió: “No dudamos que formará parte esencial de nuestro futuro, pero ese futuro todavía no ha llegado”. Vamos, que eso de Internet les pilla muy lejos y que no tienen ni repajolera idea de cómo aprovechar las posibilidades de las nuevas tecnologías.

“Hoy por hoy, prácticamente la totalidad de la economía del cine procede esencialmente de las salas cinematográficas, de la televisión, del DVD y de otras formas de comercialización”, explicó el presidente de la Academia. Y sólo le faltó mencionar el VHS y el cinematógrafo de los Lumière para confirmarnos lo puesto al día que está el cine español.

Pero lo más llamativo de todo es que Enrique González Macho es también el fundador de Filmin, un portal de streaming español que permite a los usuarios de Internet -¡ha dicho Jehová!- ver películas, la mayoría de ellas españolas y muchas independientes, y series de televisión previo pago. ¡Vaya! Eso suena mucho a aprovechar las posibilidades de Internet, ¿no, señor presidente?

Y Filmin no es la única propuesta española de este tipo. Recientemente se ha lanzado Youzee, otro portal de streaming de películas y series de TV, mucho más centrado en cine comercial y de estreno que Filmin, pero que también incluye en su catálogo películas españolas. Luego, las posibilidades tecnológicas están ahí. A lo mejor a lo que se refería González Macho en su discurso es que lo que realmente faltan son ganas de aprovechar esas posibilidades. Supongo, y es sólo un suponer, que es mucho más cómodo mendigar subvenciones en las televisiones, ya sean públicas o privadas, nacionales o autonómicas, y en las diferentes administraciones públicas. Y con ese dinero, hacer la película, distribuirla en unos pocos cines y esperar a ver qué pasa: si sale con barba, San Antón, y si no, la Purísima Concepción.

Oigan, pues es su negocio, hagan con él lo que quieran. Y si prefieren quedarse anclados en el pasado y no subirse al carro de las nuevas tecnologías, son muy libres de hacerlo. Y de paso, de cargarse la viabilidad del cine español a largo plazo. Pero luego no me lloren en cada gala de los Goya.